viernes, 11 de mayo de 2012

buenos muchachos

"Más que banda en este momento es una familia"

Hoy y mañana Buenos Muchachos presenta su último disco, "Se pule la colmena". Pedro Dalton habló con El Observador sobre la grabación y el regreso de la banda luego de una breve separación.

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+ Kristel Latecki - 11.05.2012, 11:57 hs - ACTUALIZADO 12:06 Texto: -A / A+

Luego de Uno con uno y así sucesivamente, Buenos Muchachos se tomó un descanso que duró año y medio. Pero lejos de ser una separación, sirvió para que la banda volviera más sólida que nunca.
Se pule la colmena es la muestra física de eso. Un disco que tendrá la prueba de fuego en vivo hoy y mañana a las 21 horas en Lorente.
Se trata de un disco doble, parte eléctrica y parte acústica. Pero en dosis dispares. Con 14 temas de un lado, y 6 del otro, el álbum adquiere un equilibrio a pesar de su disparidad, separando las diferentes atmósferas que crea la presencia o falta de distorsión.
Desde el año pasado la banda viene preparándose en vivo. Un Teatro de Verano casi lleno. Dos fechas en La Trastienda. Varios shows en Montevideo y el interior, tanto con sus proyectos paralelos, Dos Daltons y Ojos de Cielo, como con la formación entera.
Pero ahora la excusa es la presentación del disco. Las 20 canciones que forman parte del álbum sonarán en su mismísimo orden. Luego, vendrá un set de unas 8 canciones con los hits que no pueden faltar.
Pedro Dalton, frontman y letrista de la banda, contó a El Observador sobre el disco, su grabación y los shows que hoy y mañana darán en Lorente.
¿La gran cantidad de shows que vienen haciendo en Montevideo y el interior sirvieron de antesala para la presentación oficial del disco?
Totalmente. Este es un disco de 20 canciones, es largo, entonces requirió una concentración diferente. Es un disco que tiene muchos instrumentos, muchas sutilezas y la idea fue apostar al sonido y tratar de poder hacerlo en vivo. En la presentación oficial va a participar todo el equipo que trabajó en la grabación. No hablamos mucho de músicos invitados, sino que lo que se ve en el disco es la gente que va a tocar.
¿Por qué eligieron Lorente como escenario para presentar el disco?
Nos habían comentado que Central reabría, que se iba a llamar Lorente, y nos pareció una sala interesante. Fuimos a verlo y nos pareció ideal. Tiene esa mezcla de teatro y sala de conciertos. Su estética coincide con la del disco.
¿Habrá una puesta en escena?
No, va a ser recontra sobrio. No quisimos cargar con nada visual, para que justamente se pueda ver la música.
Su último disco, Uno con uno y así sucesivamente data de 2006. ¿Qué pasó entre esa fecha y 2011, cuando lanzaron Se pule la colmena?
Hubo una separación de un año y medio. Más bien fue un parate, para ver que pasaba. No veníamos trabajando como queríamos y decidimos entonces cambiar el rumbo. Coincidía que Marcelo (Fernández) y el Topo (Gustavo Antuña) se iban a España 6 meses. Yo estaba viviendo en Buenos Aires, Ale (Itté) y el Negro (José Nozar) estaban con sus tareas domésticas. Tuvimos un poco de temor, porque no sabíamos si íbamos a volver, pero a la vez fue en el momento que más nos comunicamos. Encontramos otra manera de comunicarnos que no estábamos encontrando y empezamos a mandarnos músicas entre todos. Y no te digo que se armó el disco ahí pero sí decidimos: vamos a juntarnos. Nos hizo re bien esa separación.
¿Cómo retomaron el trabajo?
Empezamos a manejar ideas nuevas para la banda. Por ejemplo, si bien en Montevideo tocamos en La Trastienda porque es la sala que nos queda más cómoda, no podemos tocar todos los meses ahí, tampoco podemos tocar todos los meses, pero sí podemos inventar cosas. Por ejemplo en El Tartamudo hicimos una serie de shows con covers de Fernando Cabrera, de La Hermana Menor. Lo que podíamos hacer era variedades artísticas en lugares diferentes y enriquecernos constantemente. No tocábamos por tocar, como veníamos haciendo antes del quiebre. Estuvimos trabajando en el disco desde noviembre de 2010 hasta junio de 2011 inclusive. Fue un proceso largo pero lo pasamos bien y se pulió la colmena mismo.
¿Cómo fue volver al estudio de grabación después de tanto tiempo?
En general siempre hay cierta dosis de nervios. Cuando hacemos las maquetas en general nos vamos para afuera y lo pasamos bárbaro. Podemos grabar todo el día o descansar todo el día. En un estudio estás más condicionado y eso es lo que nos pone un poco tensos. Ésta es la primera vez que eso no nos pasa. Ésta es la primera vez que sentimos que realmente, siendo el disco que más nos llevó grabar en nuestra vida, fue el mas fácil de grabar. Estábamos todos metidos en todo, pero respetando el que lo había creado. Fue un trabajo grupal. Yo creo que la banda, más que banda en este momento es una familia.
¿Entonces esa separación sirvió para volver más fuertes?
Si, pero era deseada en esta vuelta. Nos juntamos, ensayamos y armamos dos Trastiendas para ver como nos iba y nos fue bárbaro. Quedaron como 300 personas afuera. Fue alucinante. Ahí pensamos: la gracia de los shows no es tocar para tocar solamente, sino armar algo, algo que nos enriquezca. Sino te quedas trabado.
¿Cómo surgió la idea del disco doble?
Fue una idea que se manejó al principio. Teníamos muchas cosas, eran muchas composiciones de cada uno por su lado. Estando en Buenos Aires escuchaba mucho el Álbum Blanco de The Beatles, y sé que la gracia del álbum fue que no desecharon cosas que de ser un disco solo tendrían que haberlo hecho. En este caso con una que desecháramos ya entraba en un disco, pero iba a quedar apretadísimo. Tenía que tener un descanso. En esa separación está la gracia. Hay un disco que te da un sentimiento y el otro te causa otro.
¿Están pensados para ser escuchados uno atrás del otro?
Eso es relativo. Yo cuando quiero escuchar canciones las escucho y cuando quiero escuchar el disco lo pongo entero. Es muy variado. Un día te podes levantar y querer escuchar alguna de las canciones, aunque sea una sola. No hay día que te vaya a caer mal. Eso es bueno.
¿Desde Uno con uno… hasta Se pule la colmena, hubo cambios en el proceso de composición?
En realidad la diferencia que se había empezado a gestar con Uno con uno… era todo el tema de la computadora. Cada uno compone en su casa. Yo no porque no la sé manejar. Marcelo y el Topo se re cuelgan y el Negro también. Y eso cambió un poco la historia. Marcelo, por ejemplo, trae el tema ya hecho, algunos con letra casi. Es como que estás condicionado a tocar eso. Igual es una propuesta que hace para que vos la cambies y quede mejor. No grabamos bien en computadora nosotros. Somos una banda.
Más allá de eso no cambió nada. Lo que si cambian como son las sensaciones y sentimientos. Estamos en contacto todo el tiempo, tanto que realmente nos contagiamos mutuamente.
¿Los diferentes proyectos en paralelo, Ojos de Cielo y Dos Daltons, alimentan a Buenos Muchachos?
Enriquecen, totalmente. Hacen re bien. En la banda manejamos mucho llegar al consenso. A mí no me gustaría que hubiera una canción que no me gustara, me parecería espantoso, propondría sacarla. Pero no nos pasa eso, siempre llegamos al consenso. Y en los proyectos paralelos podés desarrollar esas cosas que no pudiste hacer en Buenos. Yo me doy unos placeres por fuera, y con Buenos tengo otros. Y a ésta altura de mi vida es re necesario eso. Con Dos Daltons, por ejemplo tenemos la chance de tener una banda más económica que Buenos y podemos viajar a todos lados. Eso está bueno. A mí me enriquece. No puedo estar todos los fines de semana en mi casa, yo quiero salir a tocar.
Se pule la colmena, disco que ya alcanzó la categoría de oro, se presentará hoy y mañana a las 21 horas en Lorente (Rondeau 1383). Las entradas están a la venta en locales de Abitab a $380.

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